De a poco, dejaremos atrás la imagen de la ciudad y las afueras de la misma para adentrarnos en una geografía diferente, donde el verde selvático abunda a nuestro paso y comienza a ser parte del común denominador del recorrido.
La ruta pavimentada, en buen estado, nos permitirá salvar el desnivel de la sierra. Es importante destacar que el camino contiene un gran número de curvas y son de importancia a la hora de prestar atención, gracias a ellas podremos salvar en un trayecto relativamente corto la altura que presenta la zona.
De pronto la tupida vegetación comienza a abrir claros y a menos de 24km de haber dejado la capital tucumana llegamos a Villa Nougués .
Su origen se remonta a la familia que le dió el nombre, quienes eligieron este destino como lugar de veraneo. A partir de ese momento importantes familias de Tucumán comenzaron a invertir en casas de veraneo que categorizaron la villa.
Posee una capilla de singular belleza y una hosteria donde los ocasionales visitantes pueden pasar el fin de semana. El poblado está edificado a 1200 metros de altura, razón por la cual los veranos suelen presentarse con 10°C menos que la ciudad.